sábado, 11 de mayo de 2013

CRECIMIENTO No. 2 CLASE No. 8 VELAD Y ESTAD ALERTAS


META: Estar siempre preparados para la Venida del Señor Jesús.
A.- Leer la parábola de las diez vírgenes. (Mt. 25:1) (Lc. 12:35-38)
Las vírgenes nos representan a toda la humanidad, en espera de nuestro Esposo, Cristo, que ha venido ya para salvarnos, viene constantemente a nuestras almas, y vendré de nuevo en el fin de los tiempos. (Mt. 24).
B.- EL MESIAS PROMETIDO
El Antiguo Testamento está lleno de la esperanza de la llegada del Mesías. Numerosas profecías la anuncia, y la vida del pueblo de Israel puede decirse que era una continua espera de ese Mesías, de ese Libertador que sacaría al pueblo de la esclavitud y de la servidumbre. Ese anhelo se cumple con el nacimiento de Jesús y puede decirse que la vida de nuestro Salvador estaba ya descrita por los profetas.
En Miqueas 5:1 se anuncia que nacería en Belén; en Isaías 7:14, que su madre seria una Virgen. Su pasión, muerte y resurrección están anunciadas en Isaías 53:3-12. Hay muchísimas otras profecías (unas 300) que se cumplieron en la vida de Jesús.
Pero el pueblo judío esperaba un Mesías que instituyese un Reino Real y Visible, un guerrero que por medio de batallas y guerras los librase de sus enemigos. Por eso no pudieron comprender el mensaje de liberación y amor de Jesús, y siguen esperando a su Mesías, mientras que nosotros los gentiles, si hemos recibido el mensaje y sabemos que el Reino de Cristo, Reino de Verdad, Paz y Amor, está ya entre nosotros. (Lc. 17:20-21).
C.-LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
Además de anunciar el nacimiento de Jesús, el Antiguo Testamento está también lleno de profecías acerca de la segunda venida de Cristo. Ejem. Joel 3:1-5.
Durante su vida publico, Jesús habló varias veces de esa su 2a. venida, e indicó varias señales que la acompañarían, como podemos leerlo en San Mateo, en el discurso escatológico de Jesús. (Eso pueden leerlo en su casa, pues es muy largo). Nos recomendó velar, estar preparados y alertas, (Mat. 24:42-44), pues no sabemos cuándo vendrá. Nos indica que habrá premio para los que estén esperándolo. (Mt. 24:45-51). También nos ensena cuales son los motivos de premio y de castigo, que pueden centrarse en ser caritativos o no serlo (Mt. 25:31-45).
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Esta segunda venida de Jesús nos debe llenar de alegría, debemos estar impacientes y expectantes, poniendo todo nuestro esfuer-20 para adelantarla: orando, predicando el Evangelio a toda criatura, etc.
Pero también debemos recordar que: "mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre", (Mt. 24:36), es decir, que aunque todas las señales se cumplan, incluso la promesa de la conversión de todo el pueblo de Israel, no podemos concluir que inmediatamente después vendrá el Señor.
D.- LA VENIDA DE CRISTO PARA CADA UNO DE NOSOTROS
De lo que si podemos estar seguros, es de que Cristo vendrá a recogernos a cada uno de nosotros y llevarnos a su Reino Celestial. Esa hora, la de nuestra muerte, puede ser en este mismo instante, en un mes, en algunos años, pero será pronto. Tenemos que estar preparados en todo momento para ese instante que será definitivo y que debemos esperar sin temor ni inquietud, debido a que nuestra muerte será un encuentro con Jesús.
Pero además de ese momento de la muerte, CRISTO viene a nuestra alma en todo tiempo, en cada instante, cuando estamos alertas.
Viene a nosotros en Cuerpo y Alma en la Eucaristía, todos los dios si así lo deseamos. Por medio de su Espíritu, viene cuando lo llamamos, en la oración, cuando estamos reunidos en su nombre (Mt. 18:19-20), cuando hacemos un acto intenso de amor a El, de Fe, de cualquier virtud. Cada Navidad es un nuevo nacimiento, como lo dice la Iglesia en su Liturgia.
Y aunque ya lo tengamos, si somos fieles a sus inspiraciones, cada momento podemos tenerlo de una manera nueva, y cada venida suya debe ser una renovación de vida divina en nosotros: el Padre nos envía al Hijo, y el Padre y el Hijos nos envían al Espíritu Santo.
E.- VELAD Y ESTAD VIGILANTES
Para esta constante venida de Jesús, de Dios a nosotros, debemos estar alertas y vigilantes, como las vírgenes prudentes, con el aceite del amor siempre prendido. No debemos desaprovechar ninguna ocasión de llamarlo, de aceptarlo, de abrirle de par en par las puertas de nuestro corazón. |VEN! Esta es la palabra del amor, la palabra de los que estamos en el destierro y anhelamos la patria eterna. Y si estamos constantemente atentos a recibir en todo instante a Jesús, estaremos listos para recibirlo si en cualquier momento viene a nosotros en esa segunda venida en Cuerpo y Alma gloriosos. (Hech. 1:10-11).
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ESTAR DESPIERTOS TRABAJANDO PARA EL SEÑOR
A FAVOR DE NUESTRO PROJIMO
Ya vimos en la Parábola de las Vírgenes (Mt. 25:1), cómo Jesús mismo nos indica que debemos ESTAR SIEMPRE DESPIERTOS para esperarlo; en la siguiente parábola, la de los Talentos (Mt. 25:14), nos enseña a permanecer TRABAJANDO y utilizando los talentos que Dios no ha dado. En la parábola del Juicio Final (Mt. 25:31) nos aclara entre quienes debemos trabajar, es decir que lo que hagamos a nuestro prójimo es como hacérselo a El mismo, y lo que dejemos de hacer al hermano es dejárselo de hacer a El. Comprendamos, según lo anterior, que nuestra actitud de es-pera del Señor debe estar llena de estas tres enseñanzas:
1) ESTAR DESPIERTOS.
2) TRABAJANDO PARA EL SEÑOR.
3) EN FAVOR DE NUESTRO PROJIMO.

Al terminar este Curso, que queden grabados en nosotros estas palabras: "EL ESPIRITU Y LA NOVIA (la Iglesia, esposa de Cristo, o bien nuestras almas, esposas de Cristo) DICEN ¡VEN! Y el que oiga, diga |VEN! y el que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratuitamente agua de vida" (Apocalipsis 22:17). Acerquémonos a Cristo, recibamos esa agua de vida que nos ofrece gratuitamente, y llamémosle siempre. Maran Atha, el Señor viene. ¡VEN SENOR JESUS!
CITA LEMA: EL DIOS DE TODA GRACIA LOS HA LLAMADO A COMPARTIR CON CRISTO SU ETERNA GLORIA. 

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